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"TERNURA, EXIGENCIA Y COMUNICACIÓN" J. ANTONIO MARINA

"TERNURA, EXIGENCIA Y COMUNICACIÓN" J. ANTONIO MARINA
Buena tarde, ayer fué un lujo para los asistentes, escuchar a José Antonio Marina en la nueva edición de la escuela de padres de Ideal. 
Para todos aquellos que no estuvimos allí, os dejo el artículo escrito por Manuel Pedreira en Ideal Granada:

«Nacemos con un cerebro prehistórico y, si no lo educáramos, seguiríamos en el mismo sitio». El filósofo y ensayista José Antonio Marina reinvidicó la «grandeza de la enseñanza» durante su intervención en la Escuela de Padres, organizada por IDEAL, con el patrocinio de la Universidad Internacional de La Rioja y la colaboración del Colegio Internacional de Granada y el gabinete psicológico Cetpag.

El teatro de CajaGranada se quedó pequeño para acoger la charla de este prestigioso pedagogo, que recordó a los padres que su principal función es aportarle a los hijos «ternura, exigencia y comunicación», aunque en algunas etapas del crecimiento los menores puedan demandar más unas cosas que otras.

Marina, presentado por el juez de menores de Granada Emilio Calatayud, ofreció una charla tan profunda como amena y hasta comprometida, pues no dudó en exigir a los responsables políticos más compromiso con la enseñanza para alcanzar la excelencia que le niega un informa Pisa tras otro. «La educación no es algo dramático. Estamos equivocados. Es la fuerza que nos hace humanos. No podemos claudicar», pidió.

El autor de ’Elogio y refutación del ingenio’ recordó que hay que enseñar a los hijos a ser libres, a ser capaces de tomar decisiones y de controlar los instintos, y matizó que educar «no es cómo enseño, sino cómo puedo conseguir que aprendas».

Señaló la fallida transición entre el modelo educativo con el que fue educada su generación y el actual. «Era un sistema autoritario basado en la obediencia y el deber, dos cosas que no están mal, pero al que le faltaba libertad y el respeto por los derechos de cada uno. Ahora no hemos sido capaces de aprovechar lo bueno que tenía el modelo anterior y todo lo hemos basado en la libertad y en conceder derechos. Como en todo, hay que buscar el equilibrio, organizar esas cuatro cosas», subrayó.

Un mundo competitivo

Esa tarea es más compleja ahora que los niños se van a enfrentar, según el invitado a la Escuela de Padres de IDEAL, a un mundo global, competitivo y con muchísimas oportunidades «pero que será implacable con quien no las aproveche». Marina comparó las capacidades de cada persona con una partida de póker. «Jugamos con unas cartas que no hemos elegido. Unas son buenas y otras malas, pero no siempre gana el que lleva las mejores. Lo importante es aprender a jugar bien nuestras cartas», apostilló.

Para lograrlo, hay que comenzar por vencer al miedo «que amarga y envenena y que los niños también aprenden». «Necesitamos desarrollar el talento. Elegir las metas y movilizar todo nuestro empeño para alcanzarlas y no olvidar que el talento surge después de la educación».

El ensayista aludió a la educación permisiva «que ha hecho a los niños más vulnerables, sin gallardía o entereza para afrontar los problemas que surgen en cualquier vida». Una tarea, la de la educación, que obliga a tratar de manera distinta a cada hijo «porque cada uno -remarcó- nace con un temperamento diferente, algo que la pedagogía tardó siglos en descubrir».

Marina aprovechó para recordar la anécdota de una madre que paseaba con sus dos hijos de la mano cuando el perro de un vecino empezó a ladrarles. Uno de los niños huyó llorando y la hija se acercó a acariciar al perro. «¿Cuál fue la respuesta de la madre? Pues al hijo que salió corriendo le dijo que no debía tener miedo de los perros, y a la que hija lo acarició la reprendió por no tenerle miedo a los perros», explicó.

De Machado a Neruda

Durante la conferencia, que cabalgó entre citas de Antonio Machado y Pablo Neruda, el filósofo toledano anunció que la sociedad afronta «la era del aprendizaje» pero llamó a no tener miedo. «Aprender no es una carga -definió- sino una experiencia maravillosa. Es distinto de estudiar. Una cosa es el deseo de aprender y otra el deseo de aprobar, que es lo que le pasa a casi todos los niños en la escuela».

José Antonio Marina sacó a relucir su espíritu docente al explicar su definición de la felicidad y advertir al auditorio, entre bromas y veras, de que la definición iba «a examen». «La felicidad es la armoniosa satisfacción de nuestros tres grandes deseos: pasarlo bien, sentirnos vinculados afectivamente a alguien y percibir que progresamos», puntualizó.

La armonía entre esos tres deseos implica renuncias, porque pasarlo bien puede «entrar en conflicto» con la necesidad de querer y sentirse querido. También destacó la importancia de sentir que se progresa en la vida y demandó el derecho de todos los niños a recibir elogios cuando hagan algo bien. «Si pican ese anzuelo, ya los tenemos encarrilados en la enseñanza», aseguró.

El filósofo, autor de la conocida teoría de que para educar a un niño hace falta «una tribu entera» animó a que toda la sociedad se implique en esa tarea. «Todos somos responsables de la educación de los niños que se crían en nuestro grupo social», dijo Marina, y «todos, cada uno desde su puesto en la sociedad, debe retomar su papel y enseñar a vivir porque es verdad que los niños son de sus padres, pero también de todos».

Para conocer más de José Antonio podemos consultar en los siguientes enlaces:

http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Antonio_Marina

Pagina oficial: http://www.joseantoniomarina.net/

Universidad de padres: http://www.joseantoniomarina.net/

Noticias en el Pais:http://elpais.com/tag/jose_antonio_marina/a/

Espero que disfrutéis como lo he hecho yo leyendo este artículo.

Rafael Luque Cruz

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